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Foto del escritorTelevisión Para Niños

La importancia de enseñarle a tus hijos a cultivar sus alimentos para enseñarles a ser responsables.



Empatía alimenticia para una mejor dieta


El verano pasado aprendí una lección muy importante. Los niños se benefician de cultivar su propia comida. Era un día caluroso de verano, y yo estaba sacando hierba en el jardín de nuestro edificio. Max, mi vecino de tres años del piso de abajo, estaba explorando unos palitos cuando corrió cerca de mi, agarró un rábano del suelo y le dio un gran mordisco. Yo me quedé viendo en shock como el niño se devoraba esa amarga verdura de raíz. Max cató los tomatitos cherry, le dio un mordisco a la lechuga bibb y culminó su manjar con fresas. Momentos después, su mamá bajó con una bandeja de comida para el almuerzo de Max. Aunque este niño acababa de hacer como si el jardín fuese un completísimo buffet, sus opciones para el almuerzo eran sosas y opciones genéricas de “comida de niños” como galletas saladas, queso, y bocadillos de fruta procesada. Cuando le pregunté a su mamá sobre los hábitos alimenticios de Max, ella me dijo, “Max es selectivo y sólo le gustan estas cosas.” ¿Max es selectivo? Acababa de comer más productos cultivados de lo que jamás había visto a un niño comer. Después caí en cuenta. Max no era selectivo; sólo prefería comida con la que tuviera una conexión.





Max no es un caso aislado. Los niños son mucho más propensos a comer alimentos con los que tienen una relación. ¡Pero los beneficios de los alimentos cultivados en casa no terminan allí! Cultivar tus alimentos fomenta un fuerte desarrollo social-emocional y crea hábitos alimenticios saludables de por vida.





Desarrollo Social-Emocional


Las plantas no son lo único que crece cuando nuestros niños se ocupan en el jardín. Su confianza, autoestima, crianza y paciencia también cosechan sus beneficios. Pocas experiencias son más gratificantes que ver que una semilla que plantaste germine, crezca, florezca y produzca una fruta o vegetal. Los niños, independientement de su edad, fortalecen su sentido de confianza y autoestima al ver que la planta que cuidaron está floreciendo. Pero los beneficios socio-emocionales no terminan ahí. El cultivar tu propia comida trabaja en habilidades de función ejecutiva. Las habilidades de función ejecutiva te enseñan a jugar en el arenero de la vida. Cuando se trata de plantar, tu hijo trabaja en la paciencia y la responsabilidad. Las plantas tardan algo en crecer y necesitan de muchos cuidados. Cuando tu hijo cuida plantas, eso implica regar, deshierbar y esperar. Tu hijo aprende que las cosas toman su tiempo; desarrolla una relación con la planta y valora el producto final mucho más que algo que se compra en una tienda.





Relaciones con la comida


Cuando cultivas tus propios alimentos frescos, desarrollas una relación con tu comida. Sabiendo cuánto tiempo le llevó crecer a ese jitomate, saboreas cada mordisco. Esto no es diferente para los niños. El ser parte del proceso de crecimiento le enseña a tu hijo a valorar el trabajo que implica hacer crecer un solo vegetal. No necesitas una parcela de tierra para iniciar a tu hijo en una relación saludable con la comida. Simplemente necesitas una maceta, tierra y semillas. Una simple ventana con jardín es una excelente manera de comenzar un amor de por vida entre tus hijos y las frutas y vegetales.




 


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